martes, 2 de octubre de 2012

Suboptimización



Autor: Víctor Modesto González Pérez

Cuando hace unos días me he acercado al concepto de  suboptimización empresarial, el cuál desconocía con la terminología técnica, poco podía imaginarme que al profundizar en dicho concepto para escribir este post, me iba a dar de bruces con realidades que día a día he vivido, que siempre he visto como una desventaja competitiva, sobre las que he reflexionado mucho pero sobre las que desconocía que existiera, no ya solo un nombre para el concepto, si no toda una teoría detrás… La suboptimización empresarial:
Permitidme que haga aquí el proceso inverso al que yo he vivido, es decir, que vaya desde el concepto abstracto del enfoque sistémico, hasta un ejemplo ficticio  para ilustrar un caso grave de suboptimización empresarial.
La primera vez que estudiamos las teorías empresariales, ya nos clasifican la empresa como un sistema abierto. Desde un punto de vista conceptual, la teoría de sistemas define la suboptimización como el estado en el que la optimización parcial de los subsistemas no conduce a la optimización del sistema en su conjunto. O dicho de otro modo un estatus de suboptimización sistémica se produce cuando nos enfocamos con atención  en los elementos individuales de un sistema y perdemos la conciencia de que todos los elementos de un sistema están relacionados entre sí y deben estar en armonía para conseguir el óptimo global del sistema.
Este hecho puede conducir a la paradoja de invertir recursos en optimizar un subsistema empresarial, es decir, un departamento de la empresa, y que esto provoque un empeoramiento del óptimo del sistema, es decir, empeore los resultados empresariales.
El modelo de estructura empresarial más dado a sufrir este tipo de ineficiencias es la organización departamental. Cada departamento (ventas, financiero, producción etc) tiende a optimizar su propia área de responsabilidad olvidándose del conjunto empresarial. Para tratar de evitar la suboptimización empresarial, surge la figura del Director General.
 En empresas pequeñas y medianas, donde el empresario es a la vez el Director General, esta figura realiza correctamente su función ya que los objetivos e intereses generales de la empresa (del sistema), coinciden con los objetivos e intereses de la dirección (el subsistema directivo).
Pero que ocurre en una multinacional, donde el Consejero Delegado, es a la vez un departamento y por tanto un subsistema empresarial cuyos objetivos e intereses son a veces distintos de los objetivos e intereses de la empresa (del sistema).
Vamos a inventar un ejemplo que nos sirva para ilustar el concepto de suboptimización: Imaginemos una empresa multinacional en la que el Consejero Delegado tenga como único subobjetivo la contención del EBITDA (Beneficios antes de intereses y tributos).
Cada vez que se reúne  con el Consejo de Administración Corporativo transmite una contención del EBITDA o al menos una reducción menos que proporcional a la caída de ingresos provocada por la crisis económica. El objetivo del subsistema “Consejero Delegado” es mantener los beneficios, sin embargo el óptimo del sistema empresarial es conseguir ese mismo objetivo sin tocar el Core Business, ya que si contenemos los beneficios (a pesar de la caída de ingresos), a costa de comprometer el Core Business y por tanto la viabilidad empresarial a medio plazo, estaremos consiguiendo el objetivo parcial del subsistema Consejero Delegado, pero comprometiendo la permanencia de la empresa en el mercado.
Imaginemos que  el subsistema Consejero Delegado para contener el EBITDA a pesar de la reducción de ingresos provocada por la crisis, adopta las medidas normales en estos casos (ERES, reducción de Dietas etc), pero imaginemos también que no es suficiente, por lo que decide paralizar cualquier inversión en I+D así como cualquier inversión en actualización de los sistemas de información.
Si el Core Business de esta compañía fictica fuera proveer de soluciones empresariales a PYMES,  basadas en los sistemas de información. Al no innovar y ni tan siquiera actualizar los sistemas de información, el proceso de obsolescencia tecnológica empezaría a afectar al  nivel de servicio ofrecido a los clientes. Esto provocaría que a la pérdida normal de clientes que se producía por la crisis, se le uniera la pérdida de clientes que huirían de un servicio cada vez más deficitario. Una espiral difícilmente contenible que provocaría la salida de la compañía del mercado en pocos años.
En este ejemplo, la optimización del subsistema “Consejero Delegado”, ha provocado un alejamiento paulatino del total del Sistema (la empresa) de su propio óptimo, es decir, incrementar o contener el EBITDA pero asegurando su pervivencia en el mercado.

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